María Monfort Lanzas
El darwinismo convirtió la biología en una
visión sórdida y cruel de la vida
Un científico Máximo Sandín (1950) es doctor en Ciencias Biólogicas y en Bioantropología. Fue profesor de Evolución Humana y Ecología en el Departamento de Biología de la Universidad Autónoma de Madrid. Ha escrito varios libros sobre una revisión de la tesis darwiniana a través de la competitividad.
Lo que Sandín propone es una visión más solidaria, colaboracionista, sólidamente afianzada en las ideas del biólogo francés Jean B. Lamarck y en los más recientes descubrimientos. Máximo Sandín afirma que nosotros, los seres humanos somos bacterias y virus. La idea de que las células de los seres vivos procedían de la fusión de bacterias (una propuesta del biólogo ruso Konstantin Merezhkovsky). Los genes de origen bacteriano están muy conservados en todos los organismos y esas secuencias y esas proteínas que no tienen las bacterias no podían haber aparecido por mutaciones de los genes bacterianos, tan concretos y específicos, y menos, al azar. Entonces llegó a mis manos un artículo de un astrónomo galés, Alfred Hoyle, titulado Evolución desde el espacio, en el que sugería que los virus, por su capacidad de insertar sus genes en los organismos a los que ‘infectan’, podían ser una fuente de información genética disponible para su eventual uso. Comprendí que un fenómeno así podría explicar la gran cantidad de puntos débiles del darwinismo. Con muy pocos datos sobre lo que se conoce ahora como virus endógenos, escribí un libro titulado Lamarck y los mensajeros. A partir de entonces, los datos sobre virus endógenos y elementos móviles del genoma se han ido acumulando de una forma creciente hasta formar la inmensa mayor parte de los genomas. Los virus y las bacterias se pueden considerar como los ‘ladrillos’ de la vida, parte esencial de su funcionamiento actual. Las bacterias cumplen funciones esenciales para el organismo, pero el ataque continuo y excesivo con antibióticos las convierte en patógenas como respuesta. Teniendo en cuenta la enorme cantidad de virus que hay en la naturaleza, con funciones muy concretas y que no son patológicos, se puede pensar que los temidos virus patológicos han sido producidos por actividades humanas, como la elaboración de vacunas mediante el cultivo de virus en embriones de pollo o en cultivos celulares, ambos repletos de virus endógenos.
Vídeo relacionado: https://www.youtube.com/watch?v=iQJlQ_cmJ7Q
http://www.somosbacteriasyvirus.com/videos.html
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www.somosbacteriasyvirus.com/funcionvirus.pdf
http://www.somosbacteriasyvirus.com/lucha.pdf
Un científico Máximo Sandín (1950) es doctor en Ciencias Biólogicas y en Bioantropología. Fue profesor de Evolución Humana y Ecología en el Departamento de Biología de la Universidad Autónoma de Madrid. Ha escrito varios libros sobre una revisión de la tesis darwiniana a través de la competitividad.
Lo que Sandín propone es una visión más solidaria, colaboracionista, sólidamente afianzada en las ideas del biólogo francés Jean B. Lamarck y en los más recientes descubrimientos. Máximo Sandín afirma que nosotros, los seres humanos somos bacterias y virus. La idea de que las células de los seres vivos procedían de la fusión de bacterias (una propuesta del biólogo ruso Konstantin Merezhkovsky). Los genes de origen bacteriano están muy conservados en todos los organismos y esas secuencias y esas proteínas que no tienen las bacterias no podían haber aparecido por mutaciones de los genes bacterianos, tan concretos y específicos, y menos, al azar. Entonces llegó a mis manos un artículo de un astrónomo galés, Alfred Hoyle, titulado Evolución desde el espacio, en el que sugería que los virus, por su capacidad de insertar sus genes en los organismos a los que ‘infectan’, podían ser una fuente de información genética disponible para su eventual uso. Comprendí que un fenómeno así podría explicar la gran cantidad de puntos débiles del darwinismo. Con muy pocos datos sobre lo que se conoce ahora como virus endógenos, escribí un libro titulado Lamarck y los mensajeros. A partir de entonces, los datos sobre virus endógenos y elementos móviles del genoma se han ido acumulando de una forma creciente hasta formar la inmensa mayor parte de los genomas. Los virus y las bacterias se pueden considerar como los ‘ladrillos’ de la vida, parte esencial de su funcionamiento actual. Las bacterias cumplen funciones esenciales para el organismo, pero el ataque continuo y excesivo con antibióticos las convierte en patógenas como respuesta. Teniendo en cuenta la enorme cantidad de virus que hay en la naturaleza, con funciones muy concretas y que no son patológicos, se puede pensar que los temidos virus patológicos han sido producidos por actividades humanas, como la elaboración de vacunas mediante el cultivo de virus en embriones de pollo o en cultivos celulares, ambos repletos de virus endógenos.
Esta noticia me ha gustado mucho ya que es muy curiosa y está bien explicado el tema que pretende dar a conocerse. El único inconveniente que tiene es que se necesita saber del tema debido al uso de tecnicismos. Pero sin embargo gracias a la información de los links y al vídeo que ha colgado a continuación de la noticia te ayudan a comprender mejor la información que se pretende transmitir. Como crítica en su lugar yo hubiera puesto un pie de foto explicando la relación entre la foto y la noticia.
ResponderEliminarIsaac Muñoz