Evolución

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lunes, 8 de febrero de 2016

¿Hemos parado ya de evolucionar? AINARA ALTABA TORRES

¿Hemos parado ya de evolucionar?

La ciencia, la cultura y la tecnología produce que seamos más independientes del entorno, por lo que el efecto de la selección natural será más débil

  • El sueco que persiguió hasta cazarlo al Hombre de Neanderthal. (Charles Darwin)
http://elpais.com/elpais/2015/10/20/ciencia/1445357227_912560.html
Charles Darwin ha pasado a la historia como el padre de la teoría evolutiva, aunque su aportación más relevante al conocimiento científico no fue plantear este principio, sino la de proponer un mecanismo que explicaba su funcionamiento, como pone de manifiesto el nombre completo de la primera edición de su gran obra publicada en 1859: El origen de las especies por medio de la selección natural, o la preservación de las razas favorecidas en la lucha por la vida.
La evolución mediante selección natural se produce si se cumplen tres principios: El primero, el carácter sobre el que actúa sea variable, segundo, que el carácter sea heredable y por último, que confiera una ventaja a sus portadores. 
Esta actuación de la selección natural es muy semejante a otras actividades a las que los humanos están habituados, que practicamos desde hace mucho tiempo. Como por ejemplo, la producción de leche. Primero como doman el ganado, los humanos han intentado mejorar la producción de la leche del ganado mediante lo artificial.
Podemos comparar este ejemplo como algo evolutivo. Por una parte, el carácter de la producción de leche es variable, ya unas vacas producen más que otras; además es heredable, pues los descendientes de vacas productoras tenderán a producir mayor cantidad de leche. Las diferencias de las formas de acción entre lo natural y artificial está en la forma de ejercer la presión selectiva: los ganaderos seleccionan artificialmente aquellas vacas más productivas, mientras que en la naturaleza esta presión la ejerce el medio ambiente.


 Aunque antes de hablar del futuro
es interesante revisar el pasado ya que nuestro cuerpo  es el reflejo de nuestro pasado evolutivo.
Hoy sabemos que los humanos evolucionamos rápidamente desde el  neolítico, hace unos 12.000 años, el ejemplo mas claro es el de ser sociedades cazadoras-recolectoras pasamos a ser agricultores-ganaderos. Algo que generó  cambios en la dieta, en la estructura demográfica y en la relación entre nuestros antepasados. 
Estos planteamientos nos llevan a una conclusión lógica. Parece evidente que nuestro entorno está influenciado por una compleja cultura con avanzada tecnología y, además, estamos menos expuestos a las enfermedades, gracias a los adelantos biomédicos. En otras palabras, seremos más independientes del entorno, por lo que el efecto de la selección natural será más débil; la cultura modifica el entorno para no modificarnos a nosotros.
Será un futuro en el que se producirán menos novedades evolutivas, menos innovaciones genéticas, un mundo congelado desde el punto de vista evolutivo.
Pero ¿seguiremos evolucionando?
Sin lugar a dudas, aunque a otra velocidad. Hay varios ejemplos que apoyan este idea. Un ejemplo lo encontramos en algunas variantes de un gen asociado a la diabetes tipo II; se ha demostrado que este gen ha experimentado una selección positiva reciente. 
Ante este panorama se puede asegurar que los humanos seguiremos evolucionando aunque de una forma ralentizada gracias al efecto de la cultura, pero difícilmente se puede saber, de forma realista, en qué dirección se producirán los cambios.

https://www.youtube.com/watch?v=KsXE0VLqzOY


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